“Si tan mal lo pasa enferma, ¿por qué no hace todo lo posible para curarse?”
“¿Por qué no piensa en nosotros?”
“¿Por qué sólo se preocupa por su tripa?”
Las respuestas a estas preguntas que tantas veces me han hecho no son del todo sencillas.
Sí, es una enfermedad, pero una enfermedad compleja, querer curarse es necesario pero no suficiente. El trastorno de alimentación se convierte en un escudo ante el mundo.
Ahí nadie ni nada te pueden hacer daño. Los sentimientos quedan escondidos, la valía personal no se pone en entredicho, las críticas irán dirigidas a tu físico, aunque no estén de acuerdo contigo dará igual, es tu rutina, tu vida en la que nadie puede entrar y por lo tanto nadie te puede lastimar.
Todo por no atreverte a vivir tal y como eres, porque en algún momento te hicieron mucho daño y no pudiste reaccionar o porque no entendías el mundo o no sabías por dónde ir. Pero detrás de cada ayuno, de cada vómito o de tantas y tantas barbaridades estás tú. Solo tienes que atreverte a ser y entonces la vida dejará de ser tan cruel.
1 comentario:
Hola a todas,
Como bien decís en esta entrada, la anorexia se convierte en un refugio. La persona recurre tanto a ese lugar donde ella y sólo ella decide lo que pasa que, cuando mucho tiempo después de haber superado el trastorno, si algo en su vida sale mal, es muy posible que de un pasito para atrás y vuelva a intentar esconderse.
Se puede pasar varios años estupenda y cuando algo en la vida se tuerce (o mejor dicho,lo considera el fin del mundo y es sólo en realidad un granito de arena), ahí vuelve a aparecer su "tripa".
Finalmente son capaces de identificar el miedo y el refugio y luchar contra ello, pero al principio les parece que en realidad es que la anorexia no se va a ir nunca de su cabeza. Sí se irá, pero, como ya se ha dicho en otras ocasiones, lo más difícil es deshacerse de todo lo que la ha provocado.
Publicar un comentario